Con el reloj en contra y luego de tres años de una tensa relación con el sector empresarial tanto nacional como extranjero, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador instaló en la Secretaría de Economía una “ventanilla única” por medio de la cual promete remover a toda prisa obstáculos a la inversión privada, incluyendo el acceso a electricidad. Para remontar el estancamiento del PIB al cierre de su sexenio, el presidente López Obrador necesita la inversión privada que desafió desde el inicio de su gobierno.
Además, en esa “ventanilla única” el ex jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, tiene un lugar garantizado a pesar de los escasos resultados durante su gestión como responsable del Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico.
Hace dos años, Romo regresó a sus negocios sin haber podido resolver el conflicto que generó la prohibición del glifosato ni reducir la confrontación con los empresarios nacionales y extranjeros con inversiones en el sector eléctrico. Sin embargo, el empresario regiomontano dispone ahora de un asiento en el grupo de funcionarios públicos que tiene como encomienda el cumplimiento de los compromisos asumidos los pasados 9 y 10 de enero con