The Quiet Girl
An Cailín Ciúin (Irlanda, 2022, 95 min.). Dir.: Colm Bairéad. Int.: Catherine Clinch, Carrie Crowley, Andrew Bennett, Michael Patric, Kate Nic Chonaonaigh. DRAMA.
A veces, menos es más. He aquí una película que hace de la sencillez su mejor baza, pero, cuidado, que detrás de esa limpieza de formas encontramos a un director novel superdotado –Colm Bairéad, en su debut en el largometraje de ficción–, repleto de sensibilidad y de un rigor portentoso a la hora de componer cada plano. The Quiet Girl está basada en Tres luces, una novela corta de la autora Claire Keegan, y nos traslada a la Irlanda rural de los años 80 para contar la historia de una niña, Cáit –interpretada por la también debutante Catherine Clinch, memorable–, que vive con su familia en condiciones de prácticamente abandono. Su madre tiene que ocuparse de los sucesivos hijos que va teniendo y su padre es una figura ausente que se preocupa más de beber y de generar un ambiente tóxico en casa que de otra cosa. Antes de la llegada del próximo bebé, a Cáit la llevarán a pasar el verano a la granja de la prima de su madre y su marido, una pareja acomodada que no tiene que ver nada con la suya y gracias a la que conocerá el cariño y la protección.
El secreto de sus ojos. El director utiliza el punto de vista de la niña para adentrarse en el relato. A través de sus tristes ojos veremos el mundo que la rodea y nos aproximaremos de forma profundamente sensitiva a su sentimiento de incomprensión y orfandad. Y ahí es cuando asistimos al milagro, el de cómo contar el desarraigo a través de los más mínimos detalles, a través de la observación minimalista, que se traducen en cuestiones formales en una planificación secuencial tan precisa como pulcra y honesta.
El sonido del silencio. The Quiet Girl tiene la particularidad (lo que también constituye una rareza) de estar hablada en idioma irlandés, pero, sin embargo, no es en las palabras donde subyace su genialidad, sino en los silencios, en esa capacidad para introducirse en la soledad de la protagonista a través del enigma del mutismo que esconde un cúmulo de secretos, de miedos ocultos incapaces de verbalizar.
Este cuento sobre la infancia, sobre la importancia de los afectos, tan crudo como profundamente empático, está dotado de una delicadeza poco común, en la que no encontramos un ápice de cinismo, sino solo generosidad y virtud, sensibilidad sin afectación, y que escarba en el trauma, en el espíritu de supervivencia frente al desamparo, de una forma profundamente bella. Beatriz Martínez
Entrevista con Colm Bairéad en pág. 82
ESTRENO: 24 FEBRERO
