Michael B. Jordan anda estresado y para muestra, la conversación con FOTOGRAMAS que tiene lugar una perezosa tarde de domingo de enero. ¡Dirijo una película, tío! ¡Llevo tres años sin descansar!, exclama, entre risas, al teléfono ante nuestra pregunta de cómo le sienta tener que trabajar en festivo. Los nervios están más que justificados. Jordan regresa al universo Rocky encarnando, por tercera vez, a Adonis Creed. Físicamente, ¡uf!, cuesta un poco más cuando llevas más años en la espalda. Pero, emocionalmente, amo su mundo y quizá por eso me arrastre a mí mismo a la paliza de volver a enfundarme sus guantes.
Es alguien muy importante para mí.
LA PRIMERA TOMA
Por si fuera poco tener que recuperar la dieta del pollo con arroz y brócoli y el riguroso entrenamiento, durante meses, Jordan ha convertido esta nueva secuela en su debut en la dirección. Lo atribuye a una culminación de una carrera que empezó a losy, especialmente, nos confiesa el actor consciente del peso de sus palabras.