Una historia ya bastante larguita, porque llevamos más de 20 años dando la turra con el brócoli, la vida sana, la salud y la comida real, antes incluso de que se llamara ‘real fooding’... y de que alguien sacara tajada. Dosy que a veces comen manolitos a puñados, llegan a la conclusión de que no hay mejor ansiolítico que dos (o tres... o cuatro) copas de verdejo, que no iban a salir y se liaron, y acaban en karaokes a las cinco de la mañana, o que esconden, con poca destreza, el paquete de tabaco en el bolsillo, justo antes de coger un trofeo y sonreírle al fotógrafo. Pero también hay once cuerpos que coleccionan triatlones, maratones y medias como quien completa una colección de Pokemon, que entrenan llueva, truene o caiga una resaca como dolorosos chuzos de punta, y que practican boxeo, CrossFit, HIIT, body pump y deportes de las cuatro estaciones que tiene la pizza que se zampan tan ricamente de vez en cuando. Y, créeme, son los mismos once cuerpos. Igual que el cuerpo de la bellísima Berta Vázquez de hace cinco años, a la que le dimos la portada de sigue siendo el cuerpo de la bellísimamente válida y talentosa Berta a la que le daría otra portada mañana mismo, sin pensármelo ni el tiempo que duró ese infame barrido, solo para mujeres, que no debería volver a repetirse jamás.
