Se trataba de una casa de casi 400 metros cuadrados sobre una parcela de 600 con la obra de arquitectura ya realizada. Por tanto, el estudio navarro centró toda su intervención en el interiorismo, la decoración y el estilismo.
Cuando el equipo de RQH Studio llegó a la tranquila urbanización de Arroyomolinos, en Madrid, se encontró una vivienda de dos plantas moderna, de líneas rectas y tejados planos a un agua en la que implementaron un estilo decorativo actual.