Los cuatro años de gestión de Alejandro Gertz Manero al frente de la Fiscalía General de la República (FGR) se han caracterizado por escándalos de abuso de autoridad, falta de resultados tangibles en la procuración de justicia, opacidad, montajes y, ahora, por la ausencia del funcionario.
El fiscal general fue electo en 2019 por el Senado de la República para encabezar la FGR, institución a la que llegó con casi 50 años de experiencia profesional en el servicio público, dos doctorados y más de dos décadas de vida activa en la academia. Su currículum se ha visto opacado por las arbitrariedades de las que ha sido denunciado y evidenciado en medios de comunicación.
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