uando el todopoderoso Júpiter, capaz de transformar con su solo pensamiento la vida de los moradores del Olimpo y del mundo mortal, es sorprendido pintando en un lienzo en blanco mariposas, la Virtud no duda en afear su conducta. ¿Cómo pierde el tiempo en un pasatiempo tan efímero, cuando tiene en sus manos el destino de hombres y dioses? Hermes, mensajero de Júpiter, manda callar a la contestataria deidad: ¿acaso no puede su padre dejar pasar las horas dando vida a uno de los símbolos (también conocido como, 1515 - 1518). Sin embargo, la pasión por convertir estos insectos en materia de arte venía de antiguo, y seguiría siendo para los artistas de siglos posteriores, como el mismísimo Salvador Dalí, que hizo de las mariposas uno de sus fetiches recurrentes. Tal vez porque, como ellas, él representaba la libertad y los deseos surrealistas y, por qué no, también la inmortalidad que autoproclamaba: «Voy a vivir siempre, los genios no mueren».
Estelas en el Arte
Jan 20, 2023
3 minutos
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