Con el machete a la altura del hombro Armando Luque Pedrero, de 46 años, meció su brazo y, con el swing armónico de un jugador de tenis, cortó el tronco medio muerto de un árbol de plátano. La parte superior resbaló hacia el suelo, todavía húmeda por la lluvia del día anterior, algo inusual para ser febrero. Las hojas amarillo pálido crujieron. Del tronco brotó agua a borbotones, almacenada ahí desde el pasado noviembre, cuando las lluvias torrenciales cayeron durante siete días con sus noches, anegando esta plantación de plátanos de 50 hectáreas a las afueras del pueblo de Teapa, al sur de Tabasco. El centro del tronco, la parte fibrosa responsable de conducir los nutrientes, estaba podrido. Era una de las cerca de 29 mil plantas que Luque perdió por culpa de las peores inundaciones que recuerda en la zona.
Antes de las lluvias torrenciales de octubre y noviembre de 2020, las últimas grandes inundaciones en Tabasco habían ocurrido en 2007. Ese diluvio afectó sobre todo a la capital, Villahermosa, y a los pueblos agrícolas de alrededor. En sólo cinco días cayó en el estado casi la mitad de agua que su media anual. La presa Las Peñitas, uno de los varios proyectos hidroeléctricos de la región, llegó a expulsar 2 mil metros cúbicos por segundo de agua, lo suficiente para anegar el Estadio Azteca en apenas 15 minutos.
Las consecuencias fueron catastróficas: tres cuartas partes de los tabasqueños resultaron damnificadas, hubo 123 mil casas afectadas, 127 hospitales con daños graves y 3 mil 400 escuelas quedaron inutilizables.
Tabasco sufre inundaciones importantes casi cada década, pero Teapa, situada al pie de las montañas que separan Tabasco del vecino estado de Chiapas, se había librado de este ciclo histórico que se torna cada vez más destructivo y frecuente. El municipio es el más lluvioso del estado y está entre los más húmedos del país, pero, aunque los ríos que lo cruzan también se desbordan, el agua que se acumula en las tierras bajas del delta suele fluir rápidamente sobre un terreno apenas inclinado. Las inundaciones de 2020, sin embargo, fueron