Un domingo de noviembre una mujer subió por las escaleras del castillo de Kukulkán en la zona arqueológica de Chichén Itzá en Yucatán, y al llegar a la cima se puso a bailar. Se trata de un espacio prohibido al que no se puede acceder y la mayoría de los turistas respetan. Asombrados, algunos fotografiaron la escena y otros abuchearon a la exhibicionista pidiendo cárcel y aplicarle lo que señala la ley. Conminada a bajar por un guardia, éste debió protegerla para evitar que fuera agredida por quienes mostraron su enojo por la falta cometida.
El asunto trasciende porque los