Una película que lo cambió todo en el cine policiaco y subrayó las características del blockbuster que iba a marcar las fábulas audiovisuales de acción de los años ochenta, dando paso a numerosas imitadoras. Aviso: contiene spoilers.
Ninguna de las imitadoras, y tampoco las secuelas de la propia franquicia, consiguieron recuperar el vigor y el espíritu de contrapropuesta del género que era el verdadero motor de la primera entrega, con la excepción de la tercera, que logró al menos añadir elementos diferenciadores propios y es, con diferencia, la mejor de la saga después de esta que aquí comento. No es casualidad que la dirigiera también John McTiernan, empeñado en hacer de esta una verdadera continuación de la historia de John McClane que no