GLAM ROCK
La simbiosis perfecta entre glamour y rebeldía es la esencia de esta moda heredada de los 70.
a moda disco irrumpe por completo en esta temporada, y qué mejor momento para lucirla en su máximo esplendor que la Navidad, donde los eventos y las fiestas exigen atuendos joviales y el exceso y la opulencia de tejidos como el terciopelo, los metalizados, y, por supuesto, las lentejuelas, el o la pedrería se miran con los mejores ojos. Los materiales brillantes no se limitan a vestidos de noche, sino que ornamentan todo tipo de accesorios, desde el bolso a los zapatos, lo que multiplica las posibilidades de dar un aire festivo con solo un toque de brillo si no eres de las que se atreve con un de lentejuelas, por ejemplo. Pero si hay un estilo en el que brillaban por su presencia, ese es el , una combinación de glamour y rebeldía a partes iguales. Su inicio se remonta a los años setenta, década en la que la fiebre disco tuvo su apogeo. Fantasía y la suntuosidad a raudales en una generación que buscaba dejar atrás las penurias de la primera mitad de siglo, entre otras vías, a través del vestuario. Para la noche, en satén o terciopelo, que se adornaban con plumas y lentejuelas brillantes. Eran las estrellas de cine o de la música del momento, referentes de estilo de la época, las que pusieron de moda el en los o en las fiestas nocturnas gracias a piezas que brillaban con luz propia y que definitiva influyeron en los jóvenes para sus noches de discoteca.