ste año, Juan Carlos Barreto tuvo la fortuna de interpretar por primera vez a un sacerdote en al lado de Aracely Arámbula. Bajo el secreto de confesión, guardaba la identidad del asesino que marcó la historia producida por Carmen Armendáriz. “Me gusto recrear la fe y la devoción, que no es cosa fácil. Quizá como villano me sentía más cómodo, pero la bondad es un asunto extraño porque ya no confiamos en nadie. Para hacer al padre José partimos del respeto, metidos en una sotana y tratando de conectar con el público a través de la generosidad. Ser un hombre de Dios nunca pensé que fuera tan complicado, pero con la ayuda de mis directores pudimos hacer buen trabajo. Por todo eso le agradezco a Carmen Armendáriz que me haya sacado del infierno, porque en hice desastres”, explica el actor que sólo había encarnado a un sacerdote, pero en una película con toques de comedia.
