Durante mucho tiempo se aceptó la teoría de que Tutankamón era hijo de Akenatón (1372-1336 a.C.), décimo faraón de la Dinastía XVIII y Nefertiti (1370-1331), su primera esposa real inmortalizada en el famoso busto, icono idealizado de la belleza egipcia, que se conserva en el Museo de Berlín. Akenatón (quien se habría cambiado su nombre original de Amenhotep o Amenofis IV) y Nefertiti constituirían uno de las familias reales más emblemáticas del Imperio Nuevo egipcio: su presencia inaugura en la historia del Antiguo Egipto el conocido como Período amarniense (1353-1336 a.C.).
Este breve período se caracterizó por el traslado de la capital religiosa del Imperio egipcio de Tebas (la actual Luxor) a Amarna, situada a poco menos de 300 kilómetros al norte. Este cambio de capitalidad acompañaba la sustitución del culto a los antiguos dioses por una suerte de monoteísmo que veneraba al dios Atón, motivo por el que Akenatón fue también conocido como el “faraón hereje”… Sin embargo, no ha sido hasta la publicación de investigaciones recientes cuando han comenzado a despejarse muchas de las sombras en torno a la verdadera biografía del más iconográfico de los faraones del Antiguo Egipto… ¿Quiénes fueron sus padres? ¿Cuáles fueron las circunstancias de su repentina muerte? ¿Hubo una conspiración para acabar con su vida
¿SECRETOS DE FAMILIA?
Investigaciones llevadas a cabo en 2008 a partir de fragmentos de ADN de Tutankamón, así como de otras diez momias pertenecientes a la realeza –que, se sospechaba, podían pertenecer a su familia–, han conseguido reconstruir su probable genealogía hasta cinco generaciones anteriores. El archiconocido egiptólogo (1947) –quien fuera secretario del Consejo Supremo de Antigüedades entre 2002-2011, dependiente del Ministerio de Antigüedades de Egipto–, se encargó de coordinar estas investigaciones después de vencer sus recelos iniciales de perturbar innecesariamente el sueño eterno del faraón: “En el pasado –reconoce el mismo Zahi Hawass en una entrevista concedida en