Estéticas y filosofías diferentes definen a estos dos modelos, pero con dos factores comunes: una personalidad inconfundible y calidad. No vamos a hablar de estilo, pero sí de la sensación que producen sus interiores y, desde luego, es de un cuidado exquisito en todos los detalles. Se percibe la impresión de eso que antes decían nuestros padres: “coche bueno”. El espacio es muy similar en los dos, si bien el BMW parece más desahogado, sobre todo, en anchura. No obstante, en maletero gana claramente el Lexus.
Una vez al volante, el manejo de todos los mandos, el funcionamiento del sistema multimedia y del control vocal y la