El anís procede el este de Europa en la zona que comprende actualmente Medio Oriente, Turquía, Egipto y Grecia, donde crece silvestre. En la actualidad aparece como una especie cultivada en muchas regiones cálidas del mundo. Desde la Antigüedad se la ha utilizado como planta medicinal, como especia y como alimento. Tradicionalmente se lo empleó contra el mal aliento, como inductor del sueño, perfumando los ambientes, y para abrir el apetito.
Propiedades
Los beneficios del anís en sus diferentes variedades son numerosos. Ya masticar unas pocas semillas evitan la halitosis. En el estómago, sus propiedades antiinflamatorias alivian la gastritis y la aerofagia. Evita la producción de los jugos implicados en la digestión, empezando por la propia saliva. A sus propiedades se le debe añadir la de estimular el apetito. También calma el catarro.
Sus frutos y semillas contienen flavonoides, ácido ascórbico y minerales como potasio, zinc, magnesio, calcio y fósforo, entre otros. Está contraindicado su uso no controlado