Resulta alentador escuchar la noticia del acuerdo alcanzado por Israel y Líbano para fijar sus fronteras marítimas, con la mediación de Amos Hochstein por parte de Estados Unidos.
Después de 20 años, desde que en 2000 se supo de los yacimientos de hidrocarburos en el mar profundo en el Mediterráneo oriental, las autoridades de esos países finalmente reconocieron las líneas divisorias, tomando como referencia el prospecto de Cana, supuestamente con ricos yacimientos cuyas dimensiones aún se desconocen.
Es de vital importancia un acuerdo entre países cuya historia reciente los ha alejado, en particular desde la infortunada invasión de 1982 y