La cola de caballo es una de esas plantas imprescindibles en cualquier herbolario, que difícilmente faltarán de ningún remedio vegetal para depurar y remineralizar el organismo. Es una planta modesta vinculada a los cursos de agua y a los terrenos empapados de humedad, que atesora una enorme potencialidad curativa.
Con fines medicinales se cosecha fundamentalmente la cola de caballo arvense o equiseto menor (Equisetum arvense), y en menor medida el equiseto mayor (Equisetum máximum). El equiseto palustre (Equisetum palustre), por su parte, propio de los pastizales de alta montaña, se rechaza por toxicidad.
Las concentraciones de cola de caballo denotan la segura presencia de agua pues crece sobre suelos arcillosos húmedos, en pastizales, márgenes de acequias y canales, juncales y pantanos, pero también en bosques muy húmedos y en los huertos.
Las raíces son perennes y a