Cruise, a imagen de su personaje, es terco y se resiste al cambio: Maverick no quiere dejar de volar, y él no se rinde ante el poder del blockbuster tradicional para seguir arrastrando público a las salas de cine, donde se original, aunque en esta ocasión el enemigo que lleva a cabo un proyecto secreto de enriquecimiento de uranio es un país indeterminado, la dirección de Joseph Kosisnki (que debutó como director con 2010, y ya había colaborado con Cruise en 2013) pone en primer plano las acrobacias del actor, bien conocido por no necesitar dobles ni efectos especiales en sus escenas de acción. Completan el reparto actores ya conocidos de la primera entrega como Val Kilmer (quien ha perdido la facultad del habla debido a un cáncer de garganta, por lo que su diálogo en la película ha sido creado mediante inteligencia artificial) y nuevas incorporaciones como Jennifer Connelly, Jon Hamm o Miles Teller.
