El whisky (del gaélico escocés: uisge-beatha), whiskey (del irlandés: uisce beatha o fuisce), wiski2 o güisqui3 es una bebida alcohólica obtenida por la destilación de la malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, y su posterior añejamiento en barriles de madera, tradicionalmente de roble blanco. Esta bebida alcohólica se comercializa con un contenido alcohólico de entre 40 y 62 % de volumen.
■ El primer escrito sobre el whisky data de 1405 en Irlanda, donde era destilado por los monjes. También fue mencionado en Escocia en 1496. Sin embargo, se creía que el whisky ya existía desde hacía varios cientos de años, pero cuándo y dónde fue destilado por primera vez es desconocido y, debido a la poca documentación existente, el origen de la bebida es incierto.
En Irlanda, en el condado de Antrim y al norte del Río Bush se encuentra un poblado llamado Bush-mills, ahí se encuentra la destilería más antigua del mundo “The Old Bushmills Distillery”. En 1608 el rey James Ie otorga a Sir Thomas Phillips la primera licencia para destilar “aqua vitae” en la historia.
Proceso de elaboración del whisky
El proceso de destilación consiste en mezclar agua con cebada y dejarlo fermentar y añejar por lo menos tres años. Para los mejores whiskies se utiliza agua de manantiales únicos y que aportan una gran pureza a la bebida.
■ El primer paso es el malteado de la cebada; para ello, se remoja y se escurre varias veces a una temperatura aproximada de 13° durante unos tres días. Luego es trasladada a tambores o recipientes industriales de gran capacidad donde se deja germinar, gracias a la humedad obtenida, durante seis días. Al germinar el cereal, el almidón de la cebada se convierte en azúcar (de donde luego se sacará parte del alcohol en la destilación). Una vez germinada, la cebada se seca en