“El teatro me ha enseñado el respeto al silencio’’
Miedo no pero sí responsabilidad. Somos los responsables de contar el cuento y el público viene a que se lo cuentes porque quiere creérselo; es la responsabilidad de convencer a una gente que en un principio A que es muy buena. Tiene una característica estupenda: la obra nunca es lo que parece. Cuando parece que te estoy diciendo la verdad en realidad te estoy engañando. Cuando parece que te estoy engañando, estoy diciendo la verdad. Habla de lo que somos capaces de hacer las personas por algo que creemos, por conseguir algo. Y como está el panorama laboral eso es… Yo creo que las grandes obras están de actualidad siempre. Y ahora mismo esta está tan de actualidad ahora como cuando se estrenó hace ya 17 años. Significa que cada día está más difícil acceder a puestos que te pueden cambiar la vida. En la obra solo puede quedar uno de pie. A los demás hay que cargárselos. Y mi personaje es el más mortífero de todos ellos. El respeto al silencio. Desde pequeño me enseñaron que entre bambalinas había que estar en silencio. En un mundo donde hay tantísimas palabras, ese silencio significaba que había que respetar lo que se decía y no montarse encima. Es algo que a mí me ha dado mucho en la vida. Yo me he criado rodeado de éxito y de fracaso. Ninguna de las dos cosas me da mucho miedo. Soy bisnieto de actores; cuando hacían algo que creían que iba a funcionar, a veces no iba nadie y cuando hacían una cosa que decían ‘tenemos que hacer esto porque no queda más remedio’, de repente se llenaba el teatro. Y así con todo.
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