En un mundo como el actual, en el que todo es instantáneo y fugaz, una trayectoria de 95 años de trabajo parece inalcanzable. Pero Santista, la textil que abrió sus puertas en 1926, tuvo que adaptarse a distintos contextos.
En los años 20, en medio de la prosperidad impulsada por el fulgor de las exportaciones de productos agro-ganaderos, el grupo económico Bunge & Born aprovechaba la ocasión para diversificarse y en 1926 ingresó al mundo textil adquiriendo la empresa Grafa (Grandes Fábricas Argentinas), que en sus comienzos se dedicó a la fabricación de frazadas y sábanas para luego pasar a la producción de