“TODO LO QUE TENGO MAL EN LA cabeza LO USO PARA HACER plata CON LA MUSICA”.
En un fragmento del poema homónimo del libro Extracción de la piedra de locura, de Alejandra Pizarnik, la poeta dice “Mi oficio (también en el sueño lo ejerzo) es conjurar y exorcizar”. Así explica que al escribir invocaba los males para expulsarlos y reparar la herida que la desgarraba.
Para recomponer sus heridas, Dylan León Masa puso estas acciones catárticas a disposición de su música en el álbum de-but editado en diciembre pasado, que resultó una de las revelaciones de 2021. Dillom, como se conoce a este artista porteño nacido en el barrio de Once el 5 de diciembre de 2000 de Herman Hesse, Los Ramones y el derrotero de su vida familiar. Los conflictos legales, la depresión y adicciones de su mamá, la imposibilidad de adaptarse al hogar paterno y un consumo feroz de pastillas se mezclan con una lírica de humor feroz y fúnebre. El sonido heterogéneo de sus creaciones incluye un estilo oscuro, rock industrial (“Reality”), rap de los ochenta (“Pelotuda”) y canciones pop melódicas (“La Primera” y “Bicicleta”, entre otras).