UN PARIENTE (MUY) ADINE-RADO ME LLAMÓ en vacaciones -mías, que él no trabaja y vive literalmente de las rentas-para consultarme acerca de un SUV grande, lujoso, dinámico y con el que pudiera viajar con toda la familia sin restricciones de etiquetas. Así que cuando le pregunté cuánto se (que no, cuánto se ) gastar, su risa al otro lado del teléfono me hizo bajar al garaje y dejar que el Q8 que tenía para probar me recibiera con todos los honores lumínicos. Metí la directa y me deslicé suave y cómodamente por la ciudad y unos tramos de carretera hacia la urbanización de lujo en la que vive esa parte de mi familia.
