No bien había amanecido el lunes 27 de agosto de 1883 cuando los habitantes de las poblaciones cercanas al volcán Krakatoa se sobresaltaron al escuchar ensordecedoras explosiones. De esta manera, aquellos aterrados pobladores de las islas que conformaban las Indias Orientales Neerlandesas (hoy Indonesia) eran testigos y víctimas de una de las erupciones volcánicas más catastróficas de las que se tenga memoria.
Los violentos estallidos del Krakatoa, además de arrojar una gran cantidad de vapor, ceniza, lava, rocas y gases a muy