Imagina que puedes ver, como si la piel fuera transparente, el organismo de cualquier persona, su esqueleto, músculos, órganos, venas, el cerebro…, y además ¡tomar fotografías con tu cámara especial! ¿Qué harías con ese superpoder? Claro, como siempre haces el bien, pues ¡ayudar a los demás! No existe un superhéroe con estas capacidades, pero sí máquinas.
Las imágenes del interior del organismo permiten a los médicos y otros científicos diagnosticar de manera precisa enfermedades, monitorear su evolución, evaluar tratamientos y aplicar mejores curas.
Historia de voladita: “¡Vi mi muerte!”
Antes, si te dolía una parte de tu cuerpo y el médico no podía diagnosticarte con su estetoscopio (el dispositivo que llevan para escuchar el corazón, los pulmones o el abdomen), palpaciones y la vista, su única opción era anestesiarte para abrirte con un bisturí y echar un ojo en tu interior. En otras palabras, un “me duele” bien podía terminar en una cirugía mayor.
El médico e ingeniero alemán a través de tubos al vacío cuando, para su sorpresa, los rayos produjeron que había dejado a pocos metros en un