Por desgracia, las guerras y diferentes conflictos en el Líbano han provocado la casi desaparición del mapa –y del conocimiento del público– del que fuera uno de los lugares más sagrados del mundo antiguo y, tal y como vamos a comprobar a lo largo de estas líneas, es por completo injusto que así sea.
Los emperadores romanos realizaban increíbles travesías (de casi 2.500 km) hasta esta zona para hacer ofrendas y consultar a los oráculos. Por ejemplo, se sabe que Trajano, en el año 116 d. C., acudió a consultar a dichos oráculos acerca de la batalla contra el Imperio parto. De algún modo, se podría afirmar que allí se decidía el destino del propio Imperio romano. Los arqueólogos han descubierto que prácticamente todo el complejo de Baalbek es romano, aunque existen vestigios anteriores de diversas civilizaciones, de modo que perfectamente podrían ser complejos reutilizados una y otra vez, y su origen perderse en la noche de los tiempos.
EL PUEBLO DE BAAL
El nombre de Baalbek proviene de la deidad cananea Baal y significa «pueblo del Sol» o «pueblo de Baal». Más tarde, fueron los reyes seléucidas de Siria los que cambiaron los nombres originales por nombres griegos allí por donde reinaron, y también asumieron los dioses locales integrándolos con los griegos. Así, el nombre del dios Baal, el dios Sol, fue modificado por el de Helios, de modo que la ciudad pasó a ser