FENÓMENOS NATURALES QUE DESAFÍAN A LOS CIENTÍFICOS
El 29 de febrero de 1928, el físico noruego de la Universidad de Oslo Carl Størmer –que midió la altura a la que se producen las auroras boreales-recibió una carta de un ingeniero llamado Jørgen Hals: “Por la presente, tengo el honor de informarle que, a fines del verano de 1927, escuché repetidamente señales de onda corta procedentes de la estación transmisora PCJJ. Escuché el eco habitual cuando la señal da la vuelta a la Tierra 1/7 de segundos más tarde, pero también un eco más débil 3 segundos después de la señal principal. No puedo decir de dónde venía; sólo puedo confirmar que lo escuché”. PCJJ fue la primera estación de radio de onda corta de Europa. Instalada por Philips en Eindhoven (Países Bajos), comenzó a operar el 11 de marzo de 1927 con una transmisión a las Indias Orientales Neerlandesas y pronto empezó a radiar en inglés, español, alemán y holandés al mundo.
Lo sucedido aquel verano de 1927 en Oslo fue de lo más misterioso. A la emisión de radio de la estación PCJJ le siguió, tres segundos más tarde, un eco de la misma. Un retardo tan largo llamó la atención del científico neerlandés Balthasar van der Pol, que intentó repetir experimentalmente el suceso con la ayuda de Størmer y Hals. Tras varios intentos, el 11 de octubre de 1928 lo consiguieron. Entre las ocho y las nueve de la noche se enviaron desde Eindhoven 120 señales y Van der Pol recibió 13 ecos, retrasados de sus respectivas señales entre tres y 15 segundos. Pero el resultado más espectacular se obtuvo