UNA MAÑANA DE PRIMAVERA, en el sur de México, sigo los pasos de cuatro espeleólogos a través de una pradera. Nos acercamos a una monumental pared rocosa junto a una montaña tan enorme que es difícil de abarcar con la mirada. Sin embargo, lo que me trajo hasta aquí junto con 69 expertos de nueve países yace en su base.
Más allá de una grieta profunda que cruza la pared de piedra se ubica el Sistema Cheve, una cueva que, al parecer, es la más profunda de la Tierra.
Cuando se vislumbra