CERDEÑA
Cerdeña tiene algo de silvestre. La esquina nororiental de la isla italiana alberga montañas escarpadas y acantilados de granito, y en el calor del verano, sus paisajes se sienten tan secos como para quebrarse bajo tus pies como un pane carasau, el crujiente pan plano local. El viento puede soplar fuerte y azotar el corredor entre la punta norte de la isla y la cercana Córcega. Y no es difícil aislarte: la densidad de población de Cerdeña es tan solo de un tercio del promedio nacional.
Todo esto suma para hacerla una escapada especial. La airosa bahía de Porto Pollo atrae entusiastas de los deportes acuáticos de todo el mundo, mientras que el archipiélago de la Magdalena (Arcipelago della Maddalena) ofrece excursiones costeras asombrosas. Y por cada aspecto silvestre, también se puede encontrar cultura, historia
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