«Para hacer que la inteligencia artificial parezca inteligente, hay cientos de miles de personas que están haciendo trabajos ocultos y mal pagados en los (Capitán Swing, 2019). Y es que, para alimentar a los algoritmos y enseñarles a reconocer imágenes, por ejemplo, es necesario que alguien los entrene primero, dándoles de comer toda esa información que necesitan para, eventualmente, poder sacar sus propias conclusiones algorítmicas. «Para que se puedan cumplir las normas que establecemos respecto a la pornografía en una red social, por ejemplo, hay una madre en una chabola en la India viendo miles de imágenes al día y decidiendo qué es un pene y qué es un pulgar», nos dice. Lo mismo ocurre con los famosos de Google, esas pantallitas que nos salen, supuestamente, por nuestro bien, para probar que no somos un robot cuando introducimos nuestros datos de usuario en alguna página. En realidad, cuando marcamos todas las imágenes con un puente, o con una boca de incendios o un semáforo, o cuando desciframos una palabra borrosa, lo que estamos haciendo es ofrecer de forma gratuita nuestro tiempo para proveer de datos a la tecnología de Google y ayudarle a aprender a identificar objetos.
Trabajos invisibles
May 20, 2022
1 minuto
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