El corazón se acelera, sientes tensión, rigidez, la cabeza empieza a molestarte, la respiración se vuelve hasta incómoda y en algunos casos, las manos llegan a temblar. Un cúmulo de señales que juntas y agitadas suelen responder a una palabra: estrés. Con más de un 42 % de individuos en España que asegura padecerlo de forma continuada, no es casualidad que la tecnología más avanzada busque nuevos cauces que ayuden a detectarlo y combatirlo, con el objetivo de evitar males mayores.
La inteligencia artificial aplicada al campo de la salud avanza de forma acelerada y el resultado son herramientas que valiéndose de móviles o tablets, entre otros dispositivos, son capaces de analizar el rostro permitiendo identificar los signos del estrés.
Empresas de diversos países cuentan con desarrollos en los que, a través de una aplicación y la imagen captada por la cámara de un dispositivo, activan una combinación de tecnología de procesamiento, inteligencia artificial (IA) y cálculos matemáticos. Un escáner preciso capaz de registrar indicadores como los cambios en la tonalidad de la piel, el latido del corazón,