El futuro nunca ha parecido estar tan cerca. Sin pretender ofender a aquellos para quienes los mundos virtuales siguen siendo ciencia ficción, bien podríamos, pronto, abandonar tierra firme y explorar los confines digitales del metaverso; esos mundos dentro del mundo, potencialmente ilimitados y accesibles a través de cascos de realidad virtual. Una red de territorios alojados en Internet cuyo videojuego Second Life fue uno de los pioneros, donde todos toman forma de un avatar y donde ya se pueden hacer negocios, comprar ropa o asistir a conciertos. El año pasado, el de Travis Scott en la plataforma de juego Fortnite reunió a 12 millones de espectadores virtuales, conectados desde los cuatro rincones del planeta.
LO DIGITAL EN SUBASTA
El mercado del arte ya es inmediato. A medida que se multiplican las obras digitales, que solo existen en