@New Scientist
Incluso en esta época de COVID-19, muchas personas descubrimos que una buena carcajada es de gran ayuda para sobrellevar las tensiones, incertidumbres y encierros. Por eso, resulta sorprendente que los psicólogos y neurocientíficos hayan sido reacios a dedicar una atención seria a la risa, creyendo muchos que las expresiones de alegría eran menos importantes que las de infelicidad o desesperación. “La psicología aún tiene que ponerse al día en lo que respecta a equilibrar lo que se sabe sobre las emociones negativas y las positivas”, afirma Gina Mireault, de la Universidad del Norte de Vermont (EUA). Los estudios más recientes revelan que la risa es mucho más importante de lo que se cree: más allá de la conexión obvia con el humor, ofrece información muy importante sobre la naturaleza de nuestras relaciones y el estado de salud. El estudio de la risa infantil puede incluso ayudar a entender cómo desarrollamos el sentido del yo y la capacidad de leer la mente de los demás.
Un asunto de animales
Además, la risa resulta ser sorprendentemente común en otras especies. Los animales no humanos no son conocidos por