@Rafaikkonen
Hubo un tiempo en que a los aficionados a los videojuegos no nos quedaba otro remedio que echarnos a temblar cuando se anunciaba que tal o cuál saga iba a recibir una adaptación para otros medios audiovisuales, en particular el cine. En los 90, nos llevamos las manos a la cabeza con engendros tan terroríficos como los filmes de Super Mario Bros y Street Fighter, a los que, ya en los 2000, se añadieron un buen puñado de pestiños con la inequívoca firma de Uwe Boll, como fueron los de Alone in the Dark, The House of the Dead o Bloodrayne. Muchos de los proyectos eran casposas traslaciones de serie B, pero, poco a poco, empezó a haber producciones "palomiteras" de gran presupuesto y con actores de renombre que, sin ser nada del otro jueves, ya se dejaban ver, como las de Tomb Raider (con Angelina Jolie), Resident Evil (con Milla Jovovich), Max Payne (con Mark Wahlberg), Assassin’s Creed (con Michael Fassbender)… A ellas, se fueron sumando películas que, sin estar basadas directamente en ninguna licencia concreta, tenían los videojuegos como hilo conductor, como ¡Rompe Ralph! o Pixels. Todo ese caldo de cultivo evidenció que había un gran interés por las adaptaciones multimedia de sagas de videojuegos. Y, entonces, llegó la revolución de las plataformas de vídeo por streaming.
En el último lustro, se ha incrementado notoriamente el ritmo de producción de películas como las de toda la vida y, sobre todo, de series divididas en episodios. En realidad, esto último es algo que ya había existido en o los de , pero, esta vez, hablamos de productos con importantes valores de producción (en algunos casos, de imagen real) y enfocados a un público más amplio, tanto por gustos como por edad. La mayoría de las editoras son conscientes del potencial de ese nuevo mercado, y 2022 va a ser la perfecta representación. Baste con fijarse en que las cuatro fabricantes más históricas de consolas lo van a abordar: Sony con , Microsoft con , Sega con y Nintendo con . Y no son los únicos proyectos que se van a poder visionar en este intenso año, llamado, cual Tornado pilotado por Tails, a marcar el despegue definitivo de las películas y las series basadas en videojuegos.