CRUCE DE CAMINOS
Hay que tener una sensibilidad especial, además de una gran destreza, para saber tender puentes entre la tradición y la modernidad sin perder frescura y pulsar las teclas adecuadas que resuenen con elactual. Una maestría innata con la que Stella Jean (Roma, 1979) ha sabido hilvanar a través de sus diseños un multicolor mosaico que relata el exotismo de sus orígenes familiares y que se declina en el léxico contemporáneo urbano. «Identidad, conciencia y compromiso». Son los tres elementos principales que la creadora cita para referirse a los pilares esenciales sobre los que ha construido su firma, que nació en 2013, y que este mismo mes estrecha lazos con Desigual para dar forma a una colección cápsula que se acompasa al ritmo del latido mestizo de su corazón y transmite ese «optimismo inagotable de nuestra alma». Apadrinada por el mismísimo Giorgio Armani, quien le abrió las puertas de su teatro milanés para que presentara sobre la pasarela su colección de presentación, Jean que estudió Ciencias Políticas, cayó fascinada por el mundo de la moda al trabajar como modelo para el diseñador alemán (además de príncipe) Egon von Fürstenberg. Sin embargo enseguida descubrió que su vocación estaba más próxima a crear prendas que a desfilar llevándolas puestas. El legado haitiano de su madre es sin duda el germen creativo que nutre sus diseños y que especialmente en esta cápsula se hace palpable a través de estampados de reminiscencias africanas como la técnica de la que se sirve para conformar un potente caleidoscopio que subraya su apuesta en firme por la multiculturalidad. «Todo comenzó por mi necesidad personal de utilizar la moda como un catalizador cultural, de encontrar un lenguaje propio y convertirlo en una herramienta contra la colonización», sentencia Jean. «Aspiro a restablecer el equilibrio entre símbolos, historias y mundos diferentes a través del estilo. En particular, la moda me da un espacio muy amplio donde maniobrar y encontrar un lugar donde puedan coexistir diferentes culturas».
