Dicen que la primavera la sangre altera, y puede que una vez más la ciencia venga a corroborar lo que ya sabía el refranero popular. La explicación puede estar en algo tan concreto como las hormonas: en este caso, la culpa es del cortisol, tal y como acaba de estudiar un equipo del departamento de Biología Molecular del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel). El año pasado, a los investigadores se les ocurrió examinar cuánta cantidad había de esta molécula en seis millones de muestras sanguíneas tomadas en los distintos meses del año a hombres y mujeres entre los veinte y los cincuenta años. Para su sorpresa, descubrieron que la hormona del estrés por excelencia llega a su clímax entre finales de marzo y abril, «algo que puede estar relacionado con el aumento de energía y estímulos en la vida cotidiana en este periodo», dice a MUY Interesante el director
Los científicos se lanzaron a averiguarlo y midieron los niveles de otras once. Se encontraron, por ejemplo, con que la testosterona en hombres y el estradiol en mujeres experimentan dos picos en enero y en. La explicación adaptativa podría ser que «te estimula a salir de la cueva y buscar comida cuando el clima se hace más amable y la comida está más disponible», apunta el experto.