EL FUTURO ES AHORA
Por fuera luce una línea (la que la firma asegura marcará los KIA del futuro) a medio camino entre un SUV cupé y un familiar, que se, la película de Luc Besson de finales de los 90. Hacía tiempo que no conducía un coche de este precio (desde 29.900 €) que despertara muchas miradas a su paso (no en balde, acaba de obtener el mayor premio de diseño europeo, el Red Dot), tantas que en dos de mis paradas en un cargador público para ‘repostar’, otros usuarios de eléctricos me pidieron permiso para verlo por dentro e interrogarme sobre mi experiencia. Entonces les confesé que me había impresionado su comportamiento en ciudad, que se movía con un gran agilidad a pesar de sus dimensiones, ligeramente mayores que las de sus competidores. También los 229 CV de nuestra unidad de pruebas y su suspensión trasera RWD, que le permiten defenderse con solvencia en carretera y aplomo en las curvas. Eso sí, si a alguien se le queda corto de potencia, hay disponible una versión con 325 CV. En su interior, el conductor dispone de un puesto amplio y muy cómodo, desde el que se visualizan dos pantallas digitales de 12,3 pulgadas con la instrumentación y el equipo multimedia, y un proyectado en el parabrisas en el que recibe información básica para no tener que desviar la vista de la carretera. Además, sus 2,90 metros de distancia entre ejes y la ausencia de motor térmico ofrecen un gran espacio interior tanto en las plazas delanteras como en las traseras, y una capacidad de maletero de 490 litros detrás y otros 52 litros delante, para guardar los cables de recarga, por ejemplo.
