Sidney Poitier
El fallecimiento de Sidney Poitier el pasado 6 de enero de 2022 en Los Ángeles, California, padeciendo a sus 94 años demencia, cáncer de próstata y patología cardiaca, volvió a poner de actualidad los claros curos de la industria del entre tenimiento audiovisual estadounidense en lo relativo al racismo y la limitación de opor tunidades para la comunidad de cineastas, actores y actrices afroamericanos.
Ejemplo para la comunidad cinematográfica estadounidense
Esto es así porque en Poitier encontramos el ejemplo de una excepcionalidad que pone en evidencia la desigualdad presente en las producciones cinematográficas y televisivas estadounidense, toda vez que nuestro protagonista del artículo de este mes fue el primer actor negro que ganó el Oscar en un papel principal por su trabajo en Los lirios del valle (1963), y eso ocurrió en el año 1964. Pero si me apuran es incluso mucho más significativo que el siguiente afroamericano que pudo llevarse el premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood en la categoría de mejor actor principal fue Denzel Washington por su trabajo en Día de entrenamiento, y eso ocurrió en 2001, esto es: 38 años después de que Poitier pudiera llevarse su premio a casa. Un premio que Poitier siempre contempló con cierto tono agridulce porque estaba convencido de que no le habían galardonado porque Hollywood estuviera cambiando realmente, sino en calidad de excepcionalidad racial, por su papel de icono afroamericano de la comunidad cinematográfica estadounidense.
Estos dos galardones, separados por más de tres décadas, son un clamor sobre las condiciones de trabajo de los actores y actrices afroameri canos en Hollywood, que fueron una de las causas que abrazó entre sus causas filantrópicas el ahora fallecido protagonista de Los lirios del valle, quien dicho sea de paso fue galardo nado nuevamente con un Oscar, eso sí, honorario, en 2002, cito textualmente: “Por representar a la industria del cine estadou nidense con dignidad, elegancia e inteligencia”.
En a Poitier le salió bien la jugada de renunciar a su salario habitual y rodar la película por una canti dad inferior
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