LA SUERTE DEL CINCO
SU Su estela, una revolución. Su frasco, una obra maestra inigualable. Y su olor, una composición nueva en el mundo de la perfumería. Pinceladas fieles, pero seguramente insuficientes, de la fragancia que nació para arrojar al viento hábitos y convenciones. El Nº5 de Chanel nació con la intención de ser la nueva forma de entender el noble arte de perfumarse más allá de la costumbre lógica de desprender un buen olor, haciendo de la rutina un ejercicio de personalización, carácter e identidad. Fue concebido en 1921 por la musa que ya había cambiado la opinión de la gente sobre la moda al sugerir un nuevo atractivo a comienzos de la década, Gabrielle Chanel. Si primero desencorsetó a la mujer de prendas asfixiantes en su uso diario, igualando su
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