Wolfenstein 3D cumple 30 años en 2022, ¿pero sabías que la serie tiene realmente 41 años y que no nació con id Software? Pues, aquí, te lo contamos todo…
La historia de Wolfenstein es una historia de éxitos y fracasos, de idas y venidas, de cambios… Como ha sido la de otras muchas sagas de éxito. Pero no todas las series pueden presumir de ser las pioneras en dos géneros muy distintos y en manos de dos compañías distintas. Sí, porque, aunque Wolfenstein 3D es el abuelo de los shooters en tres dimensiones, no fue el primer juego de la serie. Ese honor recae sobre Castle Wolfenstein, un juego de Muse Software de 1981 que sirvió de base e inspiración para el shooter que revolucionó el género. Y, aquí, vamos a repasar la historia de toda la saga, desde sus orígenes "pre id".
Silas Warner, el gigante "genial"
Muse Software fue una compañía que nació en 1978, en el cine y jugar al clásico (de Stern Electronics) en un salón recreativo esa misma tarde, empezó a acariciar la idea de un juego inspirado en la II Guerra Mundial. le dio la idea del planteamiento jugable… pero su concepto iba más allá. Los disparos no serían el fin, sino un medio para conseguir el verdadero objetivo: descubrir los planes de los nazis utilizando el sigilo, y disparando solo cuando fuera inevitable. Así, ideó la fortaleza alemana que daría pie al nombre de la saga, un lugar que sería generado procedimentalmente en cada partida, con 60 salas que cambiarían de forma y sitio cada vez, igual que los objetos y enemigos que encontraríamos en su interior. Durante el desarrollo, Silas Warner creó tres programas, cada uno en un disco, para controlar las variaciones en el mapa, el comportamiento de los soldados y la conducta del jugador, que se acabaron combinando en un único disco para el lanzamiento comercial. El juego fue un éxito, quizá porque era algo nuevo y original. Tanto que, apenas tres años después, Silas culminó una secuela con un planteamiento similar, pero con muchas novedades (arrastrar los cadáveres, un sistema de pases para movernos por el búnker…). Las críticas no fueron tan positivas como con el primer juego, pero los problemas de Muse Software eran mayores y terminaron por llevar a la bancarrota a la compañía, que echó el cierre en 1987, con Silas Warner saltando a otros estudios, como MicroProse o Virgin Interactive, donde también dejó su huella. Pero una generación de jóvenes talentos había disfrutado ya de la obra de Silas, y no se olvidaría…