VINOS ROSADOS una alternativa fresca con intensas variedades de sabor
El vino rosado es un vino tinto con poca mace-ración. El vino tinto tiene ese co-lor porque se maceran los hollejos de las uvas negras, que contienen el “colorante”, junto con el jugo de las mismas. De esa manera el jugo, amarillento, se “tiñe”. Ahora bien, si la maceración dura veinte días el color será intenso (vino tinto), si es de un día, apenas tenue, dando como resultado un vino rosado. La expresión “vino de una sola noche (o un solo día)” que aparece en algunas etiquetas no alude a ese tiempo transcurrido, sino al tiempo que han pasado macerándose los jugos.
Este es el único vino rosado auténtico. La mezcla de blanco y tinto, que existe para bien o para mal, según el resultado del caso, dará otro vino que, de ninguna manera, puede llamarse “vino rosado”.
■ Por ejemplo, el Champagne rosado es fruto de un corte, es decir que a la base de blanco Chardonnay se la colorea con el agregado de tinto Pinot Noir o Pinot Me-unier. Este procedimiento, que debiera ser una exclusividad de dicho vino, es utilizado lamentablemente en otros.
■ Las tonalidades del vino rosado son muchas y sutiles. Dependen de la variedad de la uva, el tiempo de maceración y los deseos del elabora-dor. Van desde el sonrosado (blush,
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