n ocasiones no es necesario ir muy lejos para encontrar lo que uno desea. Lo comprobó Pier Paolo Pasolini (1922-1975) cuando buscaba un protagonista para su película (1964). Enrique Irazoqui, un joven, el diario oficioso de la Santa Sede. Una vez más, el célebre cineasta y pensador mostraba que era un personaje inclasificable. Pese a sus convicciones marxistas, no dejaba de ser crítico con el Partido Comunista Italiano, en el que veía una “Iglesia” comparable a la católica. Se convirtió así en un hombre incómodo tanto para la derecha como para la izquierda, tanto por sus ideas como por su homosexualidad.
El ateo que hablaba de Jesús
Feb 16, 2022
1 minuto
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