La historia también está presente en las nieves de las altas montañas, aunque su lectura es un arte reservado para los paleoclimatólogos provistos de la más moderna tecnología. Un lugar de vital importancia se encuentra en los Alpes. Allí, un equipo del Instituto para el Cambio Climático (CCI, por las siglas en inglés) de la Universidad de Maine (Estados Unidos) extrajo, en un sondeo realizado en agosto de 2013, 72 metros de hielo del glaciar Colle Gnifetti, en el lado suizo de la frontera con Italia. Este ofrece registros muy detallados, ya que su nieve está supercompactada y se compone de invisibles capas que contienen elementos químicos que forman una huella química anual, análoga al crecimiento del anillo de un árbol. El testigo de 72 metros atesora una precisa información ambiental de los últimos dos mil años.
Para su análisis se han empleado avanzados procedimientos glacioquímicos, junto con el detallado estudio de documentos históricos y arqueológicos de toda Europa, recopilados por la Iniciativa para la Ciencia del Pasado Humano de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y el