007 Skyfall
Desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, con la riqueza y complejidad de su argumento y guion, el despliegue de uso del lenguaje audiovisual y la madurez a la que conduce al personaje y todo su entorno y mitología, esta es la mejor película de todas las que se han rodado hasta el momento sobre el agente 007.
El guion
Al mismo tiempo, es la película que mejor define las características de aspiraciones de paso a la madurez del personaje en la era de Daniel Craig frente al carácter más festivo de cine de acción y evasión que presidía los objetivos de las eras que la preceden.
La otra cara de la moneda, la menos positiva para muchos seguidores del personaje marca definitivamente la tendencia de alejamiento del personaje y la manera de abordarlo en el cine que conocíamos hasta ese momento, así que es una muy buena película, pero para muchos seguidores de la saga de largometrajes de 007, está muy lejos de ser realmente una película de 007 al uso. El mismo dilema se ha presentado a la hora de juzgar la despedida de Daniel Craig del personaje, , última película de la franquicia estrenada hasta el momento, que formaría excelente pareja de baile con la que aquí nos ocupa, y que abordaremos como cierre de este coleccionable dentro de un par de números. Para muchos, el Bond de Craig es un Bond demasiado distinto al que nos tenía acostumbrados el cine –aunque, insisto, es una excelente recreación de algunas de las características originales más significativas del personaje en las novelas de Ian Fleming–, y de ello se deriva una instintiva inclinación a rechazarlo como “canon” aceptable de las visiones del mismo en el cine. Conviene en ese sentido recordar aquí que el cine siempre ha modificado el Bond original de las novelas, desde Connery en adelante, para trasladarlo a un público más amplio en lógico ejercicio de paso de un medio a otro, y que el Bond de las novelas ha sido siempre mucho más siniestro y moralmente ambiguo del que se maneja en los filmes antes de la era de Daniel Craig.
