PERIODISTAS, FICHAS DESCARTABLES DE UNA NARCOESTRATEGIA
TIJUANA, BC.- “A él (Margarito), lo estaban cazando, lo estaban cazando; quién, no sé; por qué, lo ignoro. Yo no puedo decir nada más, solamente que lo estaban cazando… el único instante, micro-segundo que abrió la puerta y se agachó para dejar su material, ¡pum!, le dan el balazo en la cabeza. Si eso no es planeado, si eso no es cazado con zeta, entonces no sé cómo le llamaría usted”.
Así describió la periodista Lourdes Maldonado, en su programa “Brebaje” del portal “Sintoniza Sin Censura”, transmitido el pasado martes 18, el asesinato del fotoperiodista Margarito Martínez Esquivel, ocurrido un día antes en esta ciudad.
Cinco días después Maldonado fue asesinada en circunstancias similares: afuera de su casa, en el interior de su auto y con disparos certeros.
La muerte de la periodista duranguense, asentada en Tijuana desde 1989, fue la gota de indignación que colmó al gremio periodístico. A cinco horas del deceso, la organización para movilizarse en decenas de ciudades ya estaba en marcha.
A Margarito Martínez Esquivel le dieron tres disparos con un arma calibre 9 milímetros, el mediodía del lunes 17; a Lourdes Maldonado
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