UNA FAMILIA MILENARIA
os seres huidizos que habitan en las montañas sin ser capturados son conocidos desde antiguo. En su , Plinio el Viejo (siglo I d.C.) mencionaba a «sátiros en de los que parecían ser esos mismos «sátiros» en una región al otro lado de las montañas que lindan con la India, se supone que la cordillera del Himalaya. En el glaciar de Zemu, el más grande en el Himalaya oriental, los primeros en adorar a una criatura de las nieves similar al Yeti fueron los habitantes originales de la región, los lepchas. Lo consideraban una especie de dios de la casa y se referían a él como «el Ser del Glaciar». En la cordillera de Pamir, hasta las colinas birmanas y recorriendo todo el Himalaya, encontramos a nuestro Yeti, nombre dado por los sherpas, pero que según las regiones también se conoce con los nombres de Chemong, Migoi, Kang-mi o Meti… Se le define como una criatura bípeda de aspecto simiesco, con una fuerza descomunal y la capacidad sobrenatural de volverse invisible. En Norteamérica también encontramos tradiciones de indios nativos del noroeste referidas a unas criaturas peludas con una estatura de casi tres metros, que viven en bosques y montañas y solo salen de noche… Estos seres se resumen en uno: el Bigfoot, que al igual que el Yeti es capaz de esfumarse sin dejar rastro, aunque muchos sigan considerándolo un ser real y no fantasmal.
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