Jean Paul Belmondo
Es posible que muchos aficionados al cine más jóvenes incluso se hayan sorprendido del eco que ha despertado el fallecimiento de una auténtica estrella del cine galo de relevancia histórica internacional para el audiovisual como es Jean-Paul Belmondo. He leído algún que otro comentario de sorpresa preguntándose quién era ese señor. Pues ese señor era eso, una institución del cine europeo. No, no solo francés, sino también del resto del continente. Y además de institución, una estrella que en su momento de mayor impacto profesional concitó a su alrededor seguidores suficientes como para poder codearse en la cartelera con los iconos del cine de acción setentero del otro lado del Atlántico.
La carrera de Belmondo le permitió ser puntualmente figura destacada ante las cámaras de uno de los directores claves de la nouvelle vague, Jean-Luc Godard, merced a su trabajo en títulos claves: Al final de la escapada (1960) y Pierrot el loco (1965). De la primera, que fue una obra revolucionaria para el cine imitada posteriormente sin descanso por muchos otros cineastas y películas, como Arthur Penn en Bonnie and Clyde (1967), Belmondo recordaba siempre que en absoluto era percibida con tal relevancia por el director y sus protagonistas, él mismo y Jean Seberg. De hecho, pensaban que nunca llegaría a estrenarse, así que se divirtieron mucho durante el rodaje, disfrutaron la experiencia como si estuvieran ensayando, pero sin confiar en que llegara a ser lo que finalmente fue.
Antes, durante y después de esos títulos por los cuales su nombre quedó asociado a la nueva ola del cine francés, Belmondo construyó una carrera como actor que le llevó a convertirse en astro del cine de la variante de género policial desarrollada en Francia, y le otorgó a sus papeles en ese terreno una personalidad propia, que andando el tiempo le llevaría a ejercer también como productor de sus películas y distinguirse por su tendencia a interpretar él mismo arriesgadas secuencias de riesgo en una línea de trabajo que más de una vez le puso en serios apuros y le pasó
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