NICOLÁS II LA CORONACIÓN DEL ÚLTIMO ZAR
MIGUEL DEL REY
ES MIEMBRO DE VARIAS ASOCIACIONES NACIONALES E INTERNACIONALES OCUPADAS EN LA INVESTIGACIÓN DE LA HISTORIA MODERNA Y MEDIEVAL. AUTOR DE DECENAS DE ARTÍCULOS Y ENSAYOS HISTÓRICOS, OBTUVO EN EL AÑO 2011 EL IX PREMIO ALGABA DE BIOGRAFÍA, MEMORIAS E INVESTIGACIÓN HISTÓRICA –A MODO COMPARTIDO– Y, ENTRE 2012 Y 2106, SE ENCARGÓ DE LA COLECCIÓN TRAZOS DE LA HISTORIA, PUBLICADA POR LA EDITORIAL EDAF.
RUSIA VIVÍA EN UN FEUDALISMO TRASNOCHADO QUE EL RESTO DE EUROPA HABÍA DEJADO ATRÁS 300 AÑOS AN-TES. No se regía por la jerarquía propia de Occidente; no existían élites cultas y preparadas –ni la nobiliaria–, ni clases útiles y capaces que formaran una burguesía fuerte. Ni siquiera un Tercer Estado –el pueblo llano– poderoso. Estaba firmemente fracturada entre las clases altas y un conglomerado amorfo de clases sin posibilidad alguna de ascenso social, con un bajo nivel cultural y dominado por la religión y las viejas costumbres.
El poder político lo ostentaba el zar, de la familia de los Romanov, que mantenía una monarquía absoluta y teocrática, apoyada en una nobleza y clero privilegiados que nutrían, además, el mando de un numeroso ejército. Existía una tradicional asamblea de representantes, la Duma –un consejo consultivo para los grandes príncipes y los zares–, pero prácticamente no tenía poder. Dependía de la potestad del zar el convocarla o disolverla, y apenas se reunió durante siglos.
El 1 de noviembre de 1894 falleció Alejandro III y su hijo ocupó el trono como Nicolás II. Un día después, Alix de Hes, nieta de la reina de Gran Bretaña, se convertía a la fe ortodoxa como parte del compromiso con Nicolás, recibía el título de Gran Duquesa y pasaba a llamarse . El 19 de noviembre el zar Alejandro fue enterrado en Moscú, pocos días después, el 26, se celebraba la boda real en la Gran Iglesia del Palacio de Invierno de San Petersburgo.
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