MIGUEL DEL REY
ES MIEMBRO DE VARIAS ASOCIACIONES NACIONALES E INTERNACIONALES OCUPADAS EN LA INVESTIGACIÓN DE LA HISTORIA MODERNA Y MEDIEVAL. AUTOR DE DECENAS DE ARTÍCULOS Y ENSAYOS HISTÓRICOS, OBTUVO EN EL AÑO 2011 EL IX PREMIO ALGABA DE BIOGRAFÍA, MEMORIAS E INVESTIGACIÓN HISTÓRICA –A MODO COMPARTIDO– Y, ENTRE 2012 Y 2106, SE ENCARGÓ DE LA COLECCIÓN TRAZOS DE LA HISTORIA, PUBLICADA POR LA EDITORIAL EDAF.
EN MODERNAS OBRAS DE DIVULGACIÓN ACER- CA DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA SE IN-SISTE EN QUE LA NECESIDAD DE CERRAR DE MANERA EFECTIVA EL BLOQUEO CONTINEN-TAL FUE LA VERDADERA CAUSA DE LA DECI-SIÓN DEL EMPERADOR DE ACTUAR EN ESPA-ÑA. Sin embargo, esta explicación falla de manera radical. A pesar de que es cierto que el comercio entre el Reino Unido y España crecía de manera notable –un 69 % de aumento entre 1806 y 1807–, también lo es que la situación de guerra entre las dos naciones no estimulaba precisamente las simpatías mutuas. Además, el comercio se centraba básicamente en lanas, vinos y algunos productos manufacturados, que por mucho que hiciesen la competencia a los importados de Francia, no justificaban en modo alguno una agresión contra España, al fin y al cabo, nación aliada. Más que eso, nación subordinada.
Napoleón y su gobierno sabían perfectamente que los dirigentes españoles estaban absolutamente entregados a su voluntad y salvo los dos años de la Guerra del Rosellón y un breve conflicto hacía ya casi cien años –cuando Felipe V intentó recuperar Sicilia–, Francia y España habían sido firmes aliadas, pues solo de su unión –y de la de sus flotas combinadas– podía obtenerse algún éxito ante Gran Bretaña. Es cierto que, tras la victoria sobre Prusia, Napoleón descubrió algunos intentos del omnipotente valido Godoy de escapar al férreo control imperial, pero eso no invalidaba el hecho de que una división completa de lo mejor del ejército español hubiera combatido en Pomerania a su servicio y se preparara en Dinamarca para la invasión de Suecia. Además, el primer ministro no tenía arrestos suficientes para enfrentarse a Francia. Y había más. El 11 de octubre de 1807, incluso el propio Fernando, príncipe de Asturias, había solicitado a Napoleón la mano de una princesa imperial; una propuesta por la que este llegó a considerar la posibilidad de casarlo con su sobrina Carlota, hija de su hermano Luciano. Afortunadamente para ella la idea no prosperó, y no tuvo el "honor" de ser la esposa de semejante bribón.
El Gobierno español se mostró sumiso y dócil a las órdenes de Napoleón. No existe documento oficial, carta, escrito u orden de ninguno de sus miembros, en la administración o en el ejército, que pueda dar a entender cualquier oposición al bloqueo contra los ingleses ¿Por qué agredir entonces a una nación que se porta así? Por codicia, por ambición, por soberbia, o por una mezcla de las tres. Y tal vez por algo