WINONA RYDER
“No quiero ser una celebridad”, dijo con 20 años”, solo quiero ser actriz”
ntes de cumplir 20 años, Winona Ryder, una niña flacucha, de 1,60 m, orejas enormes y pelo exageradamente corto, había trabajado a las órdenes de Tim Burton y Francis Ford Coppola. Antes de los 30, a las de Scorsese, Bille August, Jean-Pierre Jeunet, Woody Allen y James Mangold, y tenía dos nominaciones al Os-car y un Globo de Oro. Y antes de los 40, muchos la habían tachado de la lista, el papel cuché la machacaba por sus romances, por hacer papeles menores, por entrar y salir de clínicas mentales, por haber sido acusada de. El mundo entero se volvió a rendir a sus pies, pero los que crecimos con ella viéndola en , en , en , en aquella maravilla llamada , lo tenemos claro: queremos más Winona.
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